La soledad en España tiene poco de prestigio . Los literatos escriben sobre personajes fascinantes sumidos en una vida solitaria, pero suelen ser fantasías de la ficción , que poco tiene que ver con la vida real. En España no gusta estar solo . No solo es que no guste , es que nos da mucha pena la gente que está sola . No me refiero a esas personas que están dramáticamente solas, que no tienen ni madre ,ni perrito que les ladre , yo hablo de la soledad elegida, de la que puede disfrutar viajando sin compañía o tomándose una copa por la noche en una barra de un bar . Si hiciera eso en mi ciudad sentiría las miradas de la clientela sobre mis hombros. Y no solo porque algunos si me conocieran, murmurarian " creo que últimamente bebe"...También a los que no me conocieran les daría mucha lástima . Una mujer de mediana edad , sola, una noche , en la barra de un bar , con una copa en la mano.
Elijo un restaurante que me guste .Le pido al camarero que me siente en un rincón , para tener más visibilidad y me pido en primer lugar y como algo absolutamente prioritario , una copa de vino , de buen vino. Miro con discreción a los clientes que me rodean. Los percibo como personajes , les imagino alguna vida , alguna historia , el lazo que les une con la persona con la que comparten la mesa . Yo misma soy un personaje . Una persona distinta a esa española que casi siempre come y cena acompañada en los restaurantes .
El otro día después de disfruta de la bailaora Olga Pericet , me metí en un restaurante para cenar . Pedí la mesa del rincón , y de inmediato mi copa de vino , y luego a comer una pasta corta con brócoli . Y a sentir la felicidad de hacer lo que a una le venga en gana , como ir a casa cenada. Estaba paladeando esa humilde felicidad cuando me vuelvo a la mesa de la izquierda en la que el camarero estaba acomodando unos cuantos amigos de mi infancia . Y yo , de pronto , viéndome en la obligación de explicar porque estaba sola un domingo por la noche .
text .Elvira Lindo